El proceso de lavado y desinfección en el periodo de poscosecha
Cuando las frutas y verduras llegan a las centrales hortofrutícolas, uno de los principales procesos por los que tienen que pasar obligatoriamente los alimentos es el lavado y desinfección. El objetivo de este proceso es la eliminación de todos los residuos que las frutas y hortalizas pueden acumular en la superficie: suciedad, polvo, arenilla, restos de productos fitosanitarios empleados durante la cosecha y microorganismos patógenos que puedan derivar en patologías propias del periodo post-recolección, siendo el ejemplo más típico la podredumbre. Tanto la podredumbre como otras patologías pueden deteriorar y hasta echar a perder el fruto u hortaliza, impidiendo o reduciendo notablemente sus posibilidades comerciales. El proceso de lavado puede variar dependiendo de si estamos hablando de frutas (cítricos, frutas de hueso, frutas de pepita…) o de hortalizas y otras frutas, las cuales no llevan tratamientos fitosanitarios. En el primer caso, el proceso de lavado consta de 2 fases:
- Fase 1 (Desinfección en Drench): Básicamente, es una ducha de alto volumen de agua por donde pasan los pallets con los cajones de fruta. Son equipos especialmente diseñados para aplicar la mezcla de desinfectantes y fitosanitarios de una forma muy práctica y sencilla. Los drencher pueden ser de cadena o de cabinas, y en ambos casos usan el agua como canal de difusión.
- Fase 2 (Lavado en tinas): Todas las otras frutas y hortalizas que no pasan por drencher, van directamente a esta fase, donde se realiza un lavado con detergentes específicos para cada tipo de fruta u hortaliza. Tras este lavado, hay un aclarado con agua. A continuación, puede incorporarse una balsa para tratamientos o circulación de la fruta. La lavadora tiene frotación con cepillos; en cambio la balsa, no tiene.
Tras estas fases de desinfección y lavado, las frutas y hortalizas son extraídas y secadas rápidamente para que estén en contacto con el agua más tiempo del necesario con el fin de evitar que se vea afectada su calidad o aspecto. Para realizar el lavado de frutas y hortalizas, se emplean detergentes especiales que reducen la población de patógenos sin afectar a su calidad. Pero no solo las alimentos deben ser sometidos a un proceso de lavado: también deben ser convenientemente higienizadas las máquinas y superficies en las que va a tener lugar su manipulación. Por ello, también existen detergentes y productos desinfectantes para industria alimentaria que cumplen con la normativa vigente en esta materia y garantizan la salubridad del consumidor.